El bullpen de Miami le pone un cerrojo a Washington tras salida de Chen

La mejor frase de la noche la ofreció al final del juego Don Mattingly.

«Dependemos de un respirador artificial», expresó el manager de los Marlins tras el triunfo 4-3 de los Marlins sobre los Nacionales. «Así que esta victoria es como una bocanada de aire en un momento crítico».

Ciertamente, Giancarlo Stanton disparó un cuadrangular que levantó de sus asientos a los más de 17,000 aficionados en el parque, pero si el trabajo del bullpen y sus cinco relevistas, ahora se estaría hablando de otra cosa.

Exactamente dos meses esperaron los Marlins para ver de vuelta a Wei-Yin Chen encima de un montículo. ¿Quién sabe cuánto durará la paciencia del club para ver al lanzador que firmaron por $80 millones?

Habría que decir que Miami ha nadado contra la corriente de la temporada, a pesar de aportes paupérrimos como los de Chen, quien exhibe ahora una efectividad de 5.04, nada recomendable para un segundo hombre en cualquier rotación.

Fuera del equipo desde el 20 de julio debido a una lesión en el codo izquierdo, el asiático envió señales de esperanza durante cuatro episodios en los cuales contuvo a la peligrosa tanda de Washington.

«Me sentí un poco cansado y espero estar mejor en mi próxima salida», expresó el taiwanés. «Lo importante es que estoy saludable y he recuperado la confianza en mis lanzamientos».

Miami le había dado ventaja de dos carreras con un enorme cuadrangular de Stanton en el segundo inning y un doble impulsor de Christian Yelich en el tercero, pero minutos después sucedería su debacle.

Con dos hombres en circulación Danny Espinosa sacudiría un vuelacercas por el jardín izquierdo que colocó delante de manera momentánea a los líderes indiscutidos de la División Este.

Miami volvería a la carga en la sexta entrada con un doble de Derek Dietrich que igualó la pizarra a tres y un fielders choice de Ichiro Suzuki que abrió la puerta de la goma a la carrera decisiva.

«Si queremos mantenernos en esta carrera [por los comodines] debemos ganar todos los juegos», explicó Mattingly. «No nos queda de otra. Debemos forzar a nuestros rivales a entregarse al máximo».

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