El Real Madrid gana en París (1-2)

El equipo de Zidane rompe a un pésimo PSG que nunca dio sensación de poder levantar el 3-1 de la ida

El campeón tumbó a un aspirante de paja que se quedó muy corto en su intento de progresar en Champions League, una competición en la que parece que aún no le han salido los dientes. El equipo de Uani Emery fue un pelele en manos de un equipo solidario, notable en todas sus líneas y que volvió a vestir de smoking en su torneo favorito.

El equipo de Zidane se mete en cuartos tras sacarle los colores a un PSG, que fue mucho peor equipo que el Madrid y que sin Neymar parece un grupito más propio de la Europa League que de la máxima competición continental. Sí lo es Cristiano Ronaldo, que acudió a su cita con el gol -suma 12 en esta competición- para apagar un infierno de pega y despejar cualquier duda tras el tremendo baño táctico que le dio Zidane a un pésimo Emery.

Una vez disipada la niebla provocada por las bengalas lanzadas por seguidores franceses, el Madrid, olvidándose del 3-1 de la ida, puso en marcha su plan. Presionó la salida del balón del PSG y obligó al equipo de Emery a jugar en estático y sin poder buscar la velocidad, su mejor arma. Muy pronto, la figura de Neymar comenzó a planear sobre la mente de unos jugadores que no encontraban su referente sobre el campo. No hubo noticias de Mbappé, al que le queda un mundo para aspirar a ese ‘Balón Oro’ que persigue. Solo Di María, sustituto de la estrella brasileña, buscó desequilibrar, primero por la izquierda y luego por la derecha.

Sin Kroos, Modric ni Bale

Enfrente, en el equipo de Zidane no comparecían Kroos, Modric, Bale e Isco, que iniciaron el encuentro en el banquillo. Fue la tarde para Lucas Vázquez, que estrenaba titularidad en Champions a partir de octavos de final, y Asensio, que solo había disputado un encuentro como titular en esta competición. Con dos jugadores de la segunda unidad, la apuesta parecía muy arriesgada, pero los dos chavales salieron tan airosos que tejieron la jugada del gol de Cristiano tras un robo del mallorquín y un centro del gallego que el portugués cabeceó para adelantar a su equipo y hacer justicia con lo que era un partido desigual y muy bien interpretado por el equipo de Zidane en todas las líneas.

Por el centro, Casemiro y un brillante y efectivo Kovacic impedían que el PSG se acercara a la ventanilla del gol y si en algún momento lograban traspasarla aparecían Ramos y Varane para darle una jerarquía inusual a la línea defensiva blanca. Con la intensidad y concentración que pide Zidane nada más pisar el césped, el Madrid, consciente de que en la Champions está su única tabla de salvación de la temporada, se agarró el partido como un náufrago a una tabla en pleno océano.

El fallo de Karim

Ramos tuvo el primer tanto en un centro de Asensio que el central remató desde cerca, pero que salvó Areola, el mejor del PSG, mientras que enfrente el juego coral del Madrid le daba el control del encuentro pese a que el premio del gol se resistía. Lo tuvo muy cerca Benzema, la nota discordante del Madrid. Tras un error de Marquinhos, el francés, que cumplía su partido 100 en Champions, se plantó ante Areola, pero en vez de darle el balón a Cristiano, Karim decidió buscar la gloria y el meta le desvió el balón.

En la grada comenzaba a cundir el pánico entre una afición que había pedido a su equipo que le hiciera soñar, pero la realidad era bien distinta porque el choque comenzaba a ser una pesadilla para un equipo que no lanzó a entre los tres palos hasta el minuto 41 en un disparo de Di María.

Como si quieran empezar de cero, los seguidores franceses volvieron a lanzar bengalas al inicio de la segunda mitad, pero solo fue el comienzo del fin porque el Cristiano iba a apagar el infierno con un remate de cabeza tras un robo de balón de Asensio que terminó en un centro de Lucas Vázquez desde la izquierda (m. 51) Luego llegaría la segunda amarilla a Verratti por protestar (m. 66). Una vez más, el Madrid se desequilibró contra 10 y encajó el tanto de rebote de Cavani, que previamente vio cómo Casemiro tocaba la pelota. No pasó de ahí el PSG porque el equipo de Zidane terminó bailándole y opositando a la goleada. La cosa quedó en el segundo tanto, obra de Casemiro, cuyo remate desvió Marquinhos (m. 80). Lucas remató al palo, como había hecho anteriormente Asensio en pleno funeral de una afición a la que su equipo dejó en la estacada.

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