¿Está perdiendo la humanidad su capacidad de prestar atención?

Investigadores han observado que la población está reduciendo el tiempo en que dedica su atención a una misma cosa: se cambia más rápidamente de un asunto al siguiente

Algunos investigadores han empezado a detectar pruebas de que está ocurriendo una «aceleración social» que está transformando el transporte, la producción y a la sociedad en su conjunto. Están cambiando las instituciones, el conocimiento cultural, las relaciones personales e incluso el ritmo de vida, hasta el punto de parece que el tiempo pasa más rápido, según escribe Hartmut Rosa en «Social Acceleration». Se han encontrado síntomas de aceleración en la transmisión de información por Twitter, en la literatura o en las películas: por ejemplo, se ha concluido que los largometrajes tienden a ser más cortos, a tener más movimiento y a ser más oscuros, muy probablemente para retener la atención de los espectadores.

El bombardeo de información al que la población está sometida parece tener más consecuencias. Ahora, un artículo que se acaba de publicar en Nature Communications, y elaborado por un grupo de matemáticos de la Universidad Técnica de Dinamarca (DTU) y del University College de Cork, ha concluido que la población está reduciendo el tiempo en que dedica su atención a una misma cosa.

«El mundo se ha vuelto cada vez más interconectado en las últimas décadas», ha explicado en Cosmosmagazine.com Sune Lehmann, investigador en la DTU. «Esto significa que el volumen de contenidos se está incrementando, lo que agota nuestra atención y lo que lleva a que nuestro apetito por «lo nuevo» nos haga cambiar entre asuntos más rápidamente».

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron varios contextos en los que las personas consumen información, como Twitter, la literatura, el cine o internet.

De esta forma, observaron que la gente cambia más rápidamente de un asunto al siguiente, a la vez que se ha dado un aumento del ritmo de producción y consumo de contenidos. La consecuencia, es que, colectivamente, se dedica menos tiempo de atención a cada cosa.

«Parece que la capacidad de enfocar la atención en nuestras mentes colectivas tiene un determinado tamaño, pero que los objetos culturales que compiten por ella están empaquetados cada vez con mayor densidad», ha dicho Lehmann. En consecuencia, según él, estos «objetos» demandan mayor atención y ocurren cosas como que se vuelve más difícil estar al tanto del ciclo de las noticias.

Atención más efímera

Los investigadores recurrieron a múltiples fuentes de información. Estudiaron datos extraídos de Twitter, entre 2013 y 2016, examinaron las ventas de libros en inglés en el último siglo, la venta de entradas para el cine en los últimos 40 años, las citas en publicaciones científicas del último cuarto de siglo y múltiples datos obtenidos de internet: examinaron la información proporcionada por Google Trends, entre 2010 y 2018, Reddit (2010-2015) y Wikipedia (2012-2017).

De esta forma, observaron que entre los años 2013 y 2016, los «objetos culturales» (libros, películas, tuits, artículos científicos) adquirieron curvas de atención más marcadas: las cosas se hicieron populares más rápidamente, pero también cayeron en el olvido con celeridad.

Por ejemplo, observaron que en 2013 los «trending topics» permanecieron en la parte más alta de la lista de los hashtags mundiales durante una media de 17,5 horas, mientras que en 2016 lo hicieron durante 11,9. Esta tendencia se reprodujo también en los comentarios de Reddit y en el cine.

«Consideramos los asuntos como especies que se alimentan de la atención humana, y diseñamos un modelo matemático basado en tres ingredientes básicos: la «frescura», el envejecimiento y la sed por las cosas nuevas», ha dicho Philipp Hövel, coautor del estudio y científico en el University College de Cork.

El modelo les permitió deducir una posible causa por la cual la atención es más inestable: cuando se produce más contenido en menos tiempo, la atención del público se satura antes. Finalmente, estos repentinos pulsos de atención saltan de un asunto al otro muy rápidamente, gracias a la búsqueda de lo novedoso. El combustible es la enorme abundancia de información.

A continuación, los investigadores pretenden averiguar si, además de afectar a la atención colectiva, la abundancia de información también afecta a la atención que los individuos dedican a las cosas o a su capacidad de evaluar la información que consumen.

«La aceleración incrementa, por ejemplo, la presión sobre la habilidad de los periodistas de estar al tanto», ha dicho Lehmann. «Esperamos que más investigación en esta dirección ayude a diseñar nuevos sistemas de comunicación, de forma que la calidad de la información no sufra incluso cuando aparezcan asuntos cada vez más rápidamente».

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