Fab Morvan, la vida después de Milli Vanili

La mitad del grupo que supuso uno de los mayores fraudes de la historia del pop resurge de sus cenizas con varios proyectos vitales y artísticos

Fabrice ‘Fab’ Morvan es un superviviente. Ha logrado superar uno de los mayores éxitos musicales de los 90, pero también a uno de los mayores fraudes de la historia de la música pop. Este bailarín, cantante y modelo nacido en 1966 en París, aunque de origen caribeño, era el 50% de la mitad de Milli Vanilli, junto a Rob Pilatus. El dúo alcanzó la gloria con su disco debut, sin embargo, no tardó en descubrirse el pastel: ¡ninguno de los dos cantaban ninguno de los temas del álbum!

A pesar de todo, Morvan nunca dejó la música. Sobrevivió a su compañero, muerto en 1998 por sobredosis de pastillas y alcohol, y también a Milli Vanilli. Su loca historia son el argumento de ‘biopic’ y un libro.

“¡Ah, sí, los que no cantan!”: Esta era la respuesta cuando se mencionaba a la pareja de la portada del álbum ‘Girl you know it’s true’ (1989), del que se vendieron más de 10 millones de discos y que hasta obtuvo un Grammy en 1990, con ‘hits’ como ‘Baby don’t forget my number’, ‘Girl I’m gonna miss you’ y ‘Blame it on the rain’. Después de conocerse la estafa del ‘play-back’, la compañía Sony BMG, encargada de la distribución, retiró todos los discos del mercado. Y lo mismo ocurrió con el premio. Rob Pilatus y Fab Morvan eran solo caras y cuerpos en los carteles, videos, programas de televisión y escenarios, que controlaban unos productores. Las voces de las cintas las ponían otros, los verdaderos cantantes.

En realidad Fab canta, y lo hace muy bien. Tiene una voz bonita, como ha demostrado alguna vez en alguna entrevista haciendo los coros a capella de ‘Tree little birds’, de su admirado Bob Marley, uno de sus ídolos.

Rebobinando

El día que les dieron el Grammy, «era como una olla hirviendo, a punto de explotar, porque no habíamos cantado ninguna canción, nada”, recuerda Fab. Unos meses más tarde, los dos chicos guapos, veinteañeros, con rastas, acabaron pagando un alto precio por su «ingenuidad».

Fab describe una clásica «trampa»: «Éramos inexpertos, los productores tenían a la industria detrás, nos hipnotizaron como un encantador de serpientes». Nos decíamos a nosotros mísmos que «si no hacíamos lo que nos decían nunca podríamos trabajar en la música».

Fab y Rob fueron descubiertos por Frank Farian, productor de Boney M, cuando empezaban a actuar en la escena musical de Múnich (donde vivía Rob). Se conocieron porque los dos frecuentaban los mismos círculos y salían con las mismas chicas.

Fabrice continúa explicando aquella película. «Firmamos un contrato sin abogado ni gerente, a la antigua, por supuesto (risas)», cuenta a la agencia France Presse. Estaban deslumbrados por el adelanto pecuniario y por una maquinaria que enseguida les programó conciertos en 107 ciudades norteamericanas. Delante de multiutdes. Después llegó el Grammy. Entre los recuerdos divertidos de aquellos días, una visita a Michael Jackson, que les mostró su pez dorado llamado ¡Milli Vanilli!.

Pero aquel «secreto cada vez se fue haciendo más y más pesado». Cuando se enteró la prensa, fue como un «puñetazo directo a la cabeza». «Rob no lo vio venir, la gente dice que murió de una sobredosis, pero murió con el corazón roto cuando el apoyo de la afición se fue”, explica Fab, sin negar los excesos de la vida de su excompañero.
Película, documental y serie.

Pero Fab no se hundió. Y a la vista está que este cincuentón de raíces martinicanas ha seguido un buen estilo, pues aparenta 20 años menos. Él se aferró a un sueño: su objetivo era convertirse en cantautor, incluso productor. «Nunca me rendí, por eso sigo aquí». En este tiempo ha trabajdo de DJ, ha participado en ‘shows’, ha sacado algún disco, cada uno de ellos con distintos grados de éxito.

Retomó la música a partir del año 2000, pero antes, esta vez, tomó clases de canto.

Para Fab, se han abierto puertas, tiene nuevos proyectos musicales y biográficos. «Un ‘biopic’ dirigido por Brett Ratner (de la franquicia de ‘Rush Hour’, entre otras), un documental en negociación, una serie de televisión y un libro también», explica orgulloso.

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