La maldición de Moscú pone en evidencia al Real Madrid

El equipo de Lopetegui pierde ante el CSKA (1-0) carente de ideas y soluciones a sus problemas de cara a gol

Por Alejandro García

El Real Madrid, que empezó a remolque con el gol en el minuto uno del CSKA, culminó en Rusia una semana fatal, con un punto en tres partidos, preso de la ansiedad, la impotencia y la precipitación, sin ideas ni alternativas en ataque. El Madrid se desmoronó en Rusia, no apareció ninguna personalidad arrolladora que asumiera la responsabilidad en un partido incómodo.

Entre los descansos y las lesiones, Lopetegui se presentó en Moscú con una alineación muy alternativa. Dejó a Modric en el banquillo y eligió a Lucas Vázquez para sustituir a Bale, una solución a medio camino entre el cuarto centrocampista y el extremo.

Todavía en el primer minuto de juego, un regalo de Kroos, que evidenció alguna carencia de Varane, se llevó por delante cualquier plan de partido previsto. Con el marcador a favor, la defensa de tres centrales que dispuso Goncharenko en el CSKA fue un obstáculo insalvable para el Madrid.

Durante la primera media hora de juego, el equipo ruso ganó en intensidad y en convencimiento, ahí cimentó su victoria. Cada ataque del Madrid terminaba de forma abrupta, como quien choca de forma inesperada contra un muro inoportunamente colocado. Con poca profundidad y muchas imprecisiones, el juego del equipo de Lopetegui fue mustio, apagado, poco fluido y sin alternativas.

Los tres balones que el Madrid estrelló en los palos, Casemiro, Benzema y Mariano, casi al final, no reflejan el poco peligro que transmitía en cada ataque. Más por acoso que por juego, el equipo blanco convirtió el partido en un constante tiempo descuento de una final igualada. El equipo ruso defendía en 30 metros, con las líneas muy juntas, y el Madrid atacaba con precipitación y sin orden.

Antes de terminar la primera parte, Lopetegui, que había mandado calentar a Odriozola con un gesto de rabia, como quien se lamenta porque los problemas nunca vienen solos; tuvo que quitar a Carvajal, con molestias en el gemelo izquierdo.

Sin muchas más soluciones a la vista, puso a calentar a Mariano y Modric al máximo desde el inicio de la segunda parte. Mientras intercambiaba opiniones de forma acalorada con su cuerpo técnico, el dominio territorial del equipo no encontraba mucha más profundidad que la de unos timoratos laterales.

Lopetegui no aguantó más allá del minuto 60 para gastar las dos balas que le quedaban, quitó del campo a Casemiro, ante un equipo que estaba buscando los contragolpes de forma descarada desde el minuto uno, pero dispuso un medio campo con Kroos y Modric y una delantera con Benzema y Mariano.

El juego no mejoró, las ocasiones no llegaron con más fluidez ni con más asiduidad, pero la retaguardia rusa tomó tintes heroicos, amotinada durante 90 minutos entorno a su área, y con la expulsión final de Akinfeev, ante el acoso inofensivo del Madrid.

El sábado espera el Alavés en Vitoria, una oportunidad de maquillar el irregular inicio de temporada.

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