Marcela Temer quiere ejercer de primera dama

La joven, 43 años menor que el nuevo presidente del Brasil, no quiere que la sigan viendo como una mujer trofeo y se dedicará a «areas sociales»

La primera dama de Brasil, Marcela Temer, de 33 años, no quiere seguir siendo ama de casa, aunque es lo que ha hecho desde que se casó con Michel Tener, que el próximo 23 de septiembre cumplirá los 76. Efectivamente son 43 años de diferencia, «aunque la edad no es obstáculo» es una de sus frases preferidas. El interés por ella se disparó desde el mismo momento en que la expresidenta Dilma Rousseff tuvo que abandonar el primer cargo gubernamental. Hasta entonces, era prácticamente una desconocida. En los últimos tres meses, desde que su marido asumió la presidencia del país de forma interina hasta su investidura esta semana, solo ha participado en dos actos oficiales.

Marcela Tedeschi Araújo, su nombre de soltera, tiene por delante el reto de rebelarse ante la etiqueta de mujer frívola, que es como la ven hasta ahora muchos brasileños, y prentede trabajar en «areas sociales». Aunque la posición de primera dama no está regulada en Brasil, es posible que Marcela colabore activamente en un programa del Ministerio Desarrollo Social de ayuda a menores.

Según algunos medios y salvando las distancias, su inspiración es Michelle Obama, la esposa de Barack Obama, que apura sus días al frente de la Casa Blanca.

Su historia con Michel Temer tiene algo de telenovela. Se conocieron cuando ella tenía 19 años y acudió, llevada por su tío, a un acto político en el que él participaba. Quiso hacerse una foto con Michel y lo demás vino rodado. La madre dio el visto a la relación y al año siguiente, en el 2003, se casaban en una ceremonia íntima a la que acudieron solo 13 invitados.

En su pasado consta que quedó segunda en el concurso de Miss Paulina 2003, la ciudad en la que nació, a unos 500 kilómetros en el interior del estado de Sao Paulo. Y que se presentó también a Miss Campiña. También que estudió Derecho, aunque no acabó los estudios y tampoco ha ejercido. También trabajó como recepcionista en un diario de Paulina que ya no existe.

Su vida de casada ha sido discreta. «Es madre y jefa del hogar». Así la definió la revista ‘Veja’. Marcela y Michel son padres de Michel, al que llaman Michelzinho, un niño que tiene ahora 7 años. Sus rutinas incluyen visitar centros comerciales, establecimientos de belleza y peluquerías. Cuando se hace coleta, se puede ver en la parte trasera de su cuello un tatuaje con el nombre de Michel. Según dicen, el flamante presidente del Brasil le ha dedicado «ardorosos poemas».

Lo que no parece haberle gustado a la pareja presidencial es que la prensa rosa brasileña haya calificado a Michel como un hombre «suertudo» por estar casado con una mujer «bella, recatada y hogareña», un perfil que desde luego contrasta enormemente con el de la destituida Dilma Rousseff.

En el pasado reciente de Brasil, Ruth Cardoso, esposa de Fernando Henrique Cardoso, fue muy activa en labores sociales. En cambio, Marisa Letizia Lula da Silva, la esposa de Lula da Silva, se mantuvo un papel secundario durante el mandato de su marido.

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