Valverde: «Solo con dar una vuelta por el museo ya veo la presión que tengo»

El técnico dice tener una «confianza extraordinaria» para superar «el listón tan alto» el reto de entrenar al Barça

Por Joan Domènech

Sabía perfectamente el reto que asumía cuando dio el sí a Robert Fernández para dirigir al Barça. Y poco después de volver al Camp Nou, no en plan de visita, sino para recorrer las entrañas del estadio, se dio cuenta de que el desafío era mayor de lo que suponía. Lo ha verbalizado Ernesto Valverde al enfrentarse en la primera rueda de prensa, en su presentación: «Solo con dar una vuelta por el museo ya veo la presión que tengo».

Hace 29 años, en 1988 cuando firmó para jugar en el Barça, no existía el museo. Y de haber existido, no habría albergado ninguna de las cinco Copas de Europa, ninguna Supercopa de Europa ni tampoco ningún Mundial de Clubs, que se han conquistado en la posteridad, a partir de la ‘era Cruyff’ de la que fue, en cierto modo, miembro fundador. Entre 1988 y 1990 Valverde colaboró en ganar una Recopa y una Copa del Rey. No jugó ninguna de las dos finales.

Ahora, además de resultados, le piden mantener el estilo, como si no fuera suficiente con tener «la obligación» de ganar cada partido. «Tengo una extraordinaria responsabilidad», asume, al tiempo que siente un «agradecimiento inmenso» por que le hayan elegido entrenador. «Me gustaría generar el compromiso y los vínculos que tuve en el Athletic», ha dicho, admitiendo que es «el club de mi vida».

Pero habrá muchas diferencias entre San Mamés y el Camp Nou, como las que existen entre Muniain y Messi. «Será una experiencia única entrenar al mejor jugador que he visto nunca en un terreno de juego», ha dicho Valverde del delantero argentino, a quien tratará de ayudar para que pueda ser mejor.

Entiende que el diez condiciona el juego del Barça «en sentido positivo» y aguarda con expectación verle en los entrenamientos. «No he dirigido nunca a un jugador que pueda decidir un partido por sí mismo». Messi aún no ha renovado y no le preocupa por «el ambiente de optimismo de la gente que tengo alrededor». Iniesta tampoco ha renovado, pero lo considera un futbolista «clave para el equipo y para el club desde todos los puntos de vista».

La dimensión del trabajo que se le viene encima, del que tuvo un avance en su íntimo paseo por el museo y continuó por la rueda de prensa, será muy perceptible con el inicio de la pretemporada, con tres amistosos ante la Juventus, el Manchester United, y el Madrid y la disputa de la Supercopa de España ante los blancos. Más que preocuparle, le gusta. «Acrecienta el reto que tenemos por delante», ha admitido Valverde, que ha asistido a la presentación sin ningno de sus colaboradores. solo le acompañó Iñaki Ibánez, su representante.

Recién aterrizado en Barcelona, con apenas un par de charlas con Robert Fernández, el secretario técnico, Valverde no ha querido profundizar en detalles de fichajes, ni bajas; la necesidad o no de dosificar a sus futbolistas, en particular a los del tridente, aún le pilla mucho más lejos. Por ahora no quiere pensar en la gestión de los egos del vestuario, «una cuestión recurrente, una especie de etiqueta que se cuelga a todos los jugadores». Valverde negó esa percepción y, en cambio, subrayó el gran «impulso personal que implica llegar al máximo nivel. «No he conocido a muchos jugadores que hayan nacido millonarios».

Valverde se sentó en el auditorio sintiendo «una confianza extraordinaria» en lo que va a hacer. Pese a ver «el listón tan alto» que le ha dejado Luis Enrique, y del que existe constancia en el museo.

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