España golea en Luxemburgo (0-4) en una noche que sirve para que el delantero se estrene de rojo después de 516 minutos sin marcar
España respiró en Luxemburgo, aliviada con una victoria reparadora que le concede unas semanas de tregua (0-4). Después del tortazo en Eslovaquia, el trámite adquiría importancia por lo que pudiera pasar, señalado Vicente del Bosque porque el equipo no acaba de cicatrizar después del fiasco de Brasil. No hay tampoco lugar para la euforia, funcionarial el partido del domingo, pero todo acabó a las mil maravillas porque incluso marcó Diego Costa después de fallar todo lo infallable. Tras 516 minutos, por fin paga su deuda y España recupera la calma. [Narración y estadísticas]
Los cinco cambios que anunció Del Bosque se quedaron en cuatro, especialmente representativo el de la portería. En esa dulce transición que propone el seleccionador, le dio la titularidad a David de Gea, premeditado incluso antes del encuentro de Zilina. Ahí, en esa ratonera de infausto recuerdo, Casillas se comió el primer gol de forma sonrojante, pero, dice Del Bosque, ese fallo no es vinculante a su suplencia. Será cuestión de acostumbrarse a verle con el chándal, un relevo natural.
España hizo cosas interesantes en el Josy Barthel, empeñado el equipo en buscar a Costa a cualquier precio. Le acompañó Paco Alcácer en ataque, modificación evidente del sistema porque la selección, renegando tanto tiempo del «9» de toda la vida, alineó a dos esta vez. El gol que abría la lata, sin embargo, fue obra de Silva, un zurdazo desde la frontal después de recoger un balón perdido.
Descorchado el champán, ya sólo quedaba resolver el tema Costa, que adquiría tintes dramáticos por momentos porque la cosa no funciona. Remató con la cabeza, a bocajarro, con la izquierda y con todo lo que pudo sin alterar para nada su suerte. Un fallo, dos fallos, tres fallos. Y así hasta que, a la media hora, se encontró completamente solo ante Joubert y se le vino el mundo encima. Era gol o gol y resolvió tan sumamente mal que se hundió en el césped luxemburgués, blando y peligroso porque diluvio durante toda la jornada.
Fue una pesadilla para el hispanobrasileño mientras Paco Alcácer se encargaba de avivar el conflicto con otro gol, su tercer acierto en cuatro internacionalidades, delantero puro con un don especial. Al descanso ya estaba todo enderezado, noche de paz para Del Bosque.
Castigó el agua en la reanudación y deslució el espectáculo, pero España siguió a lo suyo con Iniesta mezclando con Koke y enlazando Silva con las puntas. Hubo muchas menos opciones y Luxemburgo tuvo sus minutos de valentía aprovechando el evidente bajón de la selección, que se dejaba llevar con ciertas precauciones. Todos menos uno, todos menos Costa, por fin reinsertado con un tanto que le da vida.
Fue en el minuto 66 después de una jugada con múltiples rechaces que acabó en sus pies, dentro del área pequeña para fusilar a Joubert. Nunca un gol supuso tanto para un equipo y nunca la piña fue tan grande como la que se mentó alrededor del atacante. Todo lo demás ya daba igual.
El tramo final le sirvió a Del Bosque para cumplir con todos y debutaron Juan Bernat y Rodrigo, elevando a 49 la cifra de jugadores que se han estrenado en la absoluta en este ciclo. Y los dos participaron en el alegre fin de fiesta, asistiendo el atacante del Valencia y acertando el exterior del Bayern de Múnich. Ganó España, respira Del Bosque y por fin marca Costa.