El boxeador cubano Barthelemy conserva su invicto tras polémica decisión

Leduán Barthelemy se despidió de la noche con su record intacto, pero habrá de amanecer con la idea de que su polémico triunfo sobre Ricardo Núñez abre un compás de dudas que solo él podrá responder de aquí en lo adelante.

El menor de los Barthelemy sumó el martes su 11na victoria sin la sombra de un revés en una velada de Premier Boxing Champions gracias a una decisión dividida de dos jueces que votaron 77-75 a su favor y un tercero que vio vencedor al de Panamá 79-73.

Conocido como «El Problema», Barthelemy (11-0, 6 KO) encontró no uno, sino varios de ellos frente a un oponente que, a pesar de ganarse la vida como policía en su tierra, se hace llamar «El Matemático».

«No sé qué me pasó, pero esta noche no era yo, me sentí cansado, el cuerpo no me respondía», expresó Barthelemy, de 27 años. «Estoy molesto conmigo mismo. Es la peor noche de mi carrera».

Una votación extra oficial de los aficionados que pasaron por la pantalla de Fox Sports 1 le concedió un solo asalto al cubano, mientras que el resto eran adjudicados al canalero, quien llevó la iniciativa y propuso la agresión.

Barthelemy, a no dudarlo, equivocó su plan de pelea y cayó en una trampa repetida: cada vez que Núñez (28-5, 23 KO) le trabajaba el cuerpo, traía la cabeza hacia delante y dejaba el rostro descubierto para que los golpes de su rival encontraran la carne.

Hizo entonces cuanto pudo para conectar de riposta y contener fuego con fuego, pero el cuerpo a cuerpo no es lo de Barthelemy, quien en pocas ocasiones hizo caso a su esquina que le pedía el uso del jab como medida de contención.

«Dejarlo entrar tan cerca fue el peor error que cometí», reconoció Barthelemy. «Dos meses atrás lo hubiera derribado sin problemas, pero esta nada parecía funcionarme y mi cuerpo me traicionó. Todo el mundo tiene una noche mala. Esta fue la mía».

Luego de tres nocauts consecutivos en esta temporada, los puños de Barthelemy parecían carecer del volumen artillero suficiente para advertir a Núñez y convencerle de que era mejor estar en la periferia y no en la cercanía.

El panameño hizo caso omiso de cualquier señal de cuidado y al no sentirse en peligro por los golpes del guantanamero, vino hacia delante, a veces con una idea, a veces desordenado, pero siempre intenso, determinado.

«Barthelemy está peleando más con instinto, que con un plan», comentó en el sexto asalto el conocido entrenador convertido en comentarista, Virgil Hunter. «Su cuerpo está bajo mucha presión».

Para el inicio del octavo y último asalto, el técnico de Barthelemy, James Long, usaba una frase inspiradora al estilo del legendario Angelo Dundee y le espetaba en pleno rostro a su pupilo: «tienes la vida delante de ti», queriendo decir que el fracaso le miraba a la cara.

Y Barthelemy salió a dar el resto, hasta la última gota de energía en un esfuerzo desesperado por influir en una votación que se antojaba riesgosa, controversial, al punto de dividir a los jueces y toda la gente del boxeo.

Núñez está en todo el derecho de pensar que le robaron, que el boxeo resulta un rompecorazones con mandarria incluida, mientras que Barthelemy es el primero en admitirlo. Sus problemas pueden ser muchos sino saca cuentas más claras.

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