‘La Roja’ recupera ante un débil rival las señas de identidad que la hicieron campeona con un juego más ágil, veloz, intenso en la recuperación del balón y en la circulación, profundo y efectivo
España exprimió la fórmula de los bajitos para recuperar las señas de indentidad de la selección que se instaló en la élite y maravilló al fútbol mundial. ‘La Roja’ recuperó ante la débil Macedonia la frescura de su juego ágil, rápido, vertical, intenso y profundo en el primer partido de la clasificación para la Euro 2016. La asociación entre Cesc, Alba, Silva, Pedro y un novato, Pedro Alcácer, hizo que, por momentos, se recuperara la mejor versión del estilo de la actas campeona de Europa. La actitud mejoró y las ocasiones, por fin, llegaron y se consiguieron materializar. Macedonia tuvo momentos en los que puso en aprietos a los de Del Bosque. Fue con el 2-1 de penalti en una fase en la que España se relajó y Juanfran picó para hacer un penalti absurdo. Pero aún con ese resultado ajustado se vieron cosas positivas. España volvió a reaccionar y buscar la portería de los macedonios con insistencia. La primera parte acabó con 3-1 y pudo haber sido fácilmente un 6-1.
La selección fue más práctica en su juego de ataque. Alcácer se acopló enseguida al juego raso y veloz de Silva, Pedro, Cesc y Alba. Se estrenó como goleador a los 16 minutos marcando en la zona donde tiene que aparecer siempre un ‘9’. Recibió un centro de Juanfran y lo remató a placer. Todo lo que hizo el jugador del Valencia tenía sentido y peligro. Sus demarques agitaron a la defensa rival. Es un delantero que se fija entre los centrales y que lee perfectamente el juego entre líneas. Es cierto que el rival era menor, pero su debut deja en mal lugar a Diego Costa. El brasileño, en cinco partido, no ha marcado y parece incompatible con la fórmula de los bajitos.
El primer gol lo marcó Sergio Ramos de penalti, en una demostración de dejar claro quién es uno de los líderes y quién quiere asumir más responsabilidades. El segundo fue de Alcácer y el tercero de Busquets, en una jugada que hay que recuperar. El azulgrana marcó desde fuera del área, algo que necesita este equipo desde hace tiempo. Ante equipos cerrados es necesario. En España se percibió que han cambiado cosas porque Cesc, Pedro y Silva también intentaron finalizar las jugadas con disparos lejanos.
Iker Casillas también fue protagonista con dos buenas intervenciones en cada tiempo. Una con empate a cero y otra en el inicio de la segunda parte. De los bajitos hay que destacar a David Silva que movió el fútbol de ataque con maestría e impuso su talento en las zonas de peligro. Marcó el cuarto tanto para cerrar el partido en el minuto 49. Silva es uno de esos magos del fútbol, uno de esos Zidanes que tiene España y, sin Iniesta, se echó el juego de ataque a sus espaldas. Es una delicia verle conducir la pelota, protegerla, pasar y rematar. Lo tiene todo y, encima, presiona y roba balones.
Con el partido resuelto llegaron los cambios y el primero fue el de Isco, otro genial bajito, por Alcácer. El valencianista fue despedido con una ovación en el campo del Levante. Las ocasiones se sucedieron, hubo un disparo al larguero de Cesc y España desplegó toda su calidad y fantasía. También fue el turno para dar salida a Bartra por Sergio Ramos. El cambio más relevante fue el de Munir por Koke. España acaba de fichar a un jugador de padre marroquí y madre nacida en Melilla. El chico es madrileño. Al lavado de imagen de la nueva España le sacó brillo Pedro con el quinto gol tras una buena combinación con Silva.