Europa se prepara para lanzar BepiColombo, la misión al misterioso planeta Mercurio

La Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Japonesa de Exploración Aerospacial (JAXA) lanzarán una misión conjunta a este mundo el próximo 20 de octubre

La Agencia Espacial Europea (ESA) lanzará la misión BepiColombo al planeta Mercurio, junto a la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial (JAXA), el próximo 20 de octubre, desde el Puerto Espacial de la ESA en Kourou, en la Guayana Francesa. El objetivo de la misión será estudiar los misterios que aún esconde el que es el planeta más pequeño y el más próximo al Sol, y que están relacionados con la composición de su superficie, su interior o su campo magnético.

«Mercurio es el planeta más desconocido del Sistema Solar, y es muy interesante volver allí porque tenemos muchas cosas que investigar», explicó Mauro Casale, jefe de desarrollo del segmento científico de tierra de la misión, en una rueda de prensa celebrada ayer en el Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC), en Madrid.

Tal como aclaró, en este momento se desconocen fenómenos como por qué Mercurio tiene un núcleo tan grande, que ocupa el 80 por ciento de su volumen, por qué se producen compuestos volátiles en su superficie o cómo se origina su campo magnético. Una de los misterios más intrigantes es el de si Mercurio se formó más allá de la órbita de Marte pero luego acabó expulsado hasta las proximidades del Sol.

Además, dejó claro que conocer todos estos detalles es de utilidad para comprender los orígenes del Sistema Solar y para sacar conclusiones sobre exoplanetas lejanos.
La misión más compleja de la ESA

BepiColombo es la tercera misión al planeta Mercurio, por detrás de la Mariner 10, de la NASA, enviada a mediados de los 70, y de la Messenger, de la misma agencia espacial, que operó entre 2011 y 2015.

Pero lo cierto es que esta es una misión más avanzada que las anteriores: «BepiColombo es una empresa muy sofisticada y muy ambiciosa, probablemente es la más compleja desarrollada por la ESA», explicó Santa Martínez, coordinadora de procesamiento científico y archivo de la misión en ESAC.

El motivo es que la misión está compuesta por dos sondas distintas: un orbitador diseñado por la ESA y llamado «Mercury Planetary Orbiter» (MPO), y un orbitador diseñado por la JAXA, y llamado «Mercury Magnetospheric Orbiter (MMO).

Ambas volarán juntas hasta Mercurio, a bordo de un segmento que funcionará como vela o impulsor, y llamado módulo de transferencia (MTM). Cuando estén allí, se separarán y comenzarán sus trabajos en distintas zonas del planeta.

Dos misiones en una

El orbitador europeo (MPO) va equipado con 11 instrumentos y básicamente cartografiará la superficie de Mercurio, tomará imágenes de alta resolución, analizará la composición de los materiales del suelo (cosa desconodida por el momento) y analizará el campo magnético.

Por otro lado, el orbitador japonés (MMO), que tiene forma de octógono y está recubierto por espejos, solo tiene cuatro instrumentos. Estudiará el campo magnético, la presencia de partículas de polvo y la exosfera (la escueta asmósfera de Mercurio).

Los datos científicos serán recogidos por una antena receptora de la ESA situada en Cebreros, Ávila, y enviados a ESAC, Madrid, donde se procesarán y distribuirán entre los investigadores. Asimismo, las instrucciones para la nave se enviarán desde el Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC), en Alemania.

Según dijo Casale, lo cerca que la BepiColombo estará del Sol ha obligado a diseñar desde cero el 85% de las tecnologías empleadas. Por ejemplo, va equipada con un avanzado sistema de protección térmica de multicapas, para soportar el viento solar, con un sistema de refrigeración en los paneles solares y con un potente radiador. De hecho, está previsto que la sonda tenga que soportar oscilaciones térmicas de -170º a 450ºC e intensos vientos solares con partículas circulando a 400 km/s.

Además, por primera vez, la sonda emplea un sistema de propulsión iónica que nunca antes ha sido empleado por la ESA en misiones interplanetarias.

En el proceso de construcción del satélite han participado 83 empresas de doce países, entre ellas incluyendo cuatro compañías españolas y desarrolladores de la Universidad de Valencia.

Casale aclaró que, aunque la sonda podría llegar a Mercurio en cinco meses, las necesidades la obligarán a apoyarse en la gravedad de otros planetas para poder ponerse en la órbita de este mundo. Por ello, tendrá que hacer un viaje de más de siete años y dos meses y 9.000 millones de kilómetros, y hacer varias maniobras de asistencia gravitatoria: una en la Tierra, dos en Venus y seis en Mercurio.

Está previsto que la BepiColombo comience sus operaciones científicas en 2026. La misión durará un año y podrá prorrogarse otro, antes de que los instrumentos se deterioren. Después, pasarán varios años hasta que las dos sondas se estrellen contra el planeta.

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