Inglaterra avanza a cuartos en un duelo intenso con Colombia

Los ‘pross’ pasan por penaltis y dejan sin premio otro gol salvador de Yerry Mina

Por Raúl Paniagua

Un penalti transformado por Eric Dier, el centrocampista del Tottenham, finiquitó el apasionante duelo que protagonizaron Inglaterra y Colombia en el estadio Spartak de Moscú (1-1, 3-4). Los inventores del fútbol tuvieron en la mano el triunfo mucho antes, pero un agónico cabezazo de Yerry Mina llevó el duelo a la prórroga. Los cafeteros soñaron con la clasificación, fueron incluso por delante en la tanda final, pero los fallos de Uribe y Bacca acabaron aupando a los ‘pross’, que jugarán el sábado los cuartos contra Suecia en Samara.

La eliminación de Colombia acabó dejando sin valor el tercer gol de Mina en tres partidos en el Mundial. Fue otro cabezazo magistral cuando el partido ya moría. Se elevó por encima de Maguire en el minuto 93 para equilibrar la batalla y propiciar una prórroga en la que los colombianos tuvieron en la lona a su rival. No lo acabaron de rematar y los ingleses sonrieron. La majestuosa parada del meta Pickford en el lanzamiento de Bacca y el sello final de Dier acabaron con la resistencia de la admirable Colombia.

Mucho se ha dudado de Mina en el Barça pero su rendimiento en Rusia ha sido magnífico. Es el primer defensa desde 1966 que marca tres goles de cabeza en un Mundial. El central, que costó 11,8 millones de euros a los azulgranas el pasado enero, ha multiplicado su valor y se ha ganado el respeto. Ya nadie se reirá de él. Colombia no estará en los cuartos, pero Yerry puede marcharse satisfecho.

Adiós al gafe

Inglaterra se rebeló este martes contra la historia. Por primera vez en un Mundial se llevó una tanda de penaltis, un gafe que había sufrido incluso en sus carnes el seleccionador Gareth Southgate. Doce años después, los ‘pross’ superaron también una eliminatoria. Ya les tocaba a los inventores del fútbol, que desde el 2006 habían caído siempre en la fase del KO en Eurocopas y Mundiales.

El balón parado marcó un pulso con más emoción que fútbol. En un córner se originó el polémico penalti que adelantó a Inglaterra y en un saque de esquina llegó también el empate del central azulgrana que causó el delirio en las gradas del Luzhniki, pobladas mayoritariamente por colombianos. Los cafeteros tiñeron de amarillo la capital rusa. El miedo a una posible cacería y las amenazas de muerte de los ultras rusos han tenido su efecto entre los ‘hooligans’ ingleses, que se han desplazado en cantidades muchos más bajas que de costumbre.

Pescadores y cocaína

No querían los ‘pross’ más postales de desolación. Ya tuvieron suficiente con el ridículo de hace dos años ante Islandia. «Los tontos caen ante un país de pescadores», tituló entonces el sensacionalista ‘The Sun’, que también montó un cisma este martes con su portada asociando Colombia a la cocaína.

Las malas noticias para los colombianos comenzaron una hora antes del choque con la baja definitiva de James Rodríguez. La estrella del Bayern, que ni siquiera se sentó en el banquillo, acabó llorando la eliminación junto a sus compañeros, consolados por José Pékerman, el seleccionador de 68 años que vivió la tanda como si se acabara el mundo. En algún momento dio la sensación de que no llegaría con vida al último lanzamiento.

Una montaña rusa

Antes de ese desenlace el partido deparó una montaña rusa de emociones. Empezó mucho mejor Inglaterra, con tres córners en 10 minutos que pusieron el miedo en el cuerpo a los colombianos. La pizarra de Soutghate, un obseso de este tipo de jugadas hasta el punto de aplicar la metodología de la NFL y la NBA, volvía a escena, pero la defensa colombiana no ofreció las facilidades de Túnez o Panamá. Allí emergió el gigantón Yerry Mina, que se dio un homenaje de despejar balones.

Colombia renunció al ataque para fortalecer su retaguardia y dejó el fútbol en manos de Quintero, que dejó algún destello de su calidad, pero fue insuficiente. Inglaterra esperó su momento y llegó en un polémico derribo de ‘la Roca’ Sánchez sobre Kane.

No falló el pichichi, que igualó los seis goles de Lineker en una Copa del Mundo (m. 57). Parecía suficiente ese tanto para pasar a cuartos, pero Yerry prolongó la incertidumbre hasta la tanda final, la tercera de un Mundial apasionante en el que solo quedan ocho supervivientes.

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