Otro triplete del mejor del mundo

Messi abre el camino de la reconquista del título que prometió en la presentación con el primer gol del nuevo horario

Por Joan Domènech

Nadie se había atrevido a tanto. Y menos el primer día, cuando todo es incierto, ni siquiera se ha abierto la competición ni se ha cerrado la plantilla. Pero Messi no tuvo reparos en recargar la mochila, ya de por sí abarrotada de expectativas y buenas intenciones. Nadie había colocado la Champions, “esa copa tan linda y tan deseada por todos” –y tantas veces conquistada por el Madrid-, en el centro de las prioridades de la temporada.

“Prometemos que haremos todo lo posible para que esa copa tan linda y tan deseada por todos vuelva a estar acá” aseguró Messi en la presentación del Barça. Su primer parlamento como capitán elevó el listón de la exigencia al máximo, tal vez cansado de ganar Ligas (siete de las diez últimas), harto de copas (cuatro consecutivas) y ávido, en cambio, de besar otra vez la Champions que tanto ha sobado el Madrid y que él ve por televisión desde el 2015.

Es la Champions de Messi y Messi la quiere suya. No fue un anuncio gratuito ni un brindis al sol. Aquel niño que retaba a que recordasen su nombre cuando era un imberbe no es de los que se desdice. Solo hay que mirar la bestial carrera que está cuajando. Si se fijó a sí mismo reconquistar la Champions, habrá que confiar en él.

El número uno siempre es el primero

Y predicó con el ejemplo ante el PSV Eindhoven, que no había perdido ningún encuentro y que recibió una ducha de realidad. Como corresponde al número uno, Messi fue el primero en marcar en la primera jornada en el primer día del nuevo horario. El primer gol de la nueva centena, que había cerrado con un doblete en los octavos frente al Chelsea, antes de la lacerante eliminación frente al Roma.

Aquella herida todavía escuece al capitán, de ahí su proclama veraniega, y la empezó a restañar. Por sí mismo, sin reclamar la ayuda de los demás. Nunca la esperó. Un gol de falta –“cuando te giras ya ha marcado”, explicó Rakitic, que mira a Leo al lanzarlas, ya que se sitúa de espaldas a la portería-, uno con la zurda a botepronto y uno con la derecha.

La rutina de lo extraordinario

«Messi hace cosas extraordinarias, pero él mismo las convierte en rutinarias», aclaró Ernesto Valverde queriendo rectificar. Instantes antes, había dicho ver una actuación «normal» del 10. Rectificó inmediamente en un rápido repaso a lo que había sido el partido. «Ha lanzado una falta magistral cuando necesitábamos desatascar el partido», valoró. Lo desatascó y lo remató.

El estreno de la nueva aventura quedó inaugurado con un triplete, para que quede claro que no es un bocazas y que las palabras del Gamper fueron algo más que un tradicional mensaje protocolario para arrancar aplausos. “Si Leo lo dijo en el Gamper…”, musitó un ilusionado Rakitic al final del encuentro… Desde Turín, Cristiano vio que su viejo enemigo suma más tripletes que él.

La tradición de las 14 temporadas

Lo que es tradicional es que Messi marque en la Champions. Lleva haciéndolo 14 temporadas consecutivas. Todas en las que ha participado. Desde la temporada 2005-06. Había jugado uno, solo uno, en la campaña anterior ante el Shakhtar Donetz. El primer gol de Messi llegó el mismo día que el primer gol de Van Bommel con el Barça (ante el Panathinaikos, 5-0, con un triplete de Etoo) y que asistió impávido a la goleada que se llevaron sus muchachos. El mismo 4-0 que también el encajó con el Bayern de Múnich en su anterior regreso al estadio como futbolista.

Van Bommel está en la banda, recibiendo más tundas, mientras Messi sigue en el césped. Con un reto entre ceja y ceja que nadie le ha pedido.

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