El ADN mitocondrial de un neandertal que vivió en la actual Alemania sugiere que homínidos muy próximos a los humanos modernos salieron de África y dejaron su huella genética en la otra especie inteligente hace más 220.000 años
La relación entre el Homo sapiens, la especie a la que todos pertenecemos, y los neandertales, nuestros primos europeos inteligentes ya extintos, es extremadamente compleja. Desde que en 2010 Svante Päävo, director del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Leipzig (Alemania), desentrañara el genoma neandertal, sabemos que las personas de origen euroasiático llevan en su «código de barras» la ligera marca de la otra especie humana. Y es más, es probable que en los primeros encuentros, ellos también heredaran algunos de nuestros genes. Pero mucho antes de que eso ocurriera, unos homínidos miembros del linaje que dio lugar al hombre moderno salieron de África y también tuvieron sexo con neandertales en algún momento hace entre 470.000 y 220.000 años. Es decir, para embrollar aún más la historia, antepasados de nuestra especie también lo fueron de los neandertales.
Investigadores del Max Planck, en esta ocasión del instituto para la Ciencia de la Historia Humana, y de la Universidad de Tubinga han encontrado la huella de esos homínidos en el ADN mitocondrial de un neandertal cuyo fémur fue hallado en 1937 en la cueva de Hohlenstein-Stadel, en el sur de Alemania. El hueso, que muestra evidencias de haber sido roído por un gran carnívoro, pertenecía a un individuo de 124.000 años de antigüedad que los científicos han bautizado como HTS. Curiosamente, representa un linaje mitocondrial (la mitocondria, que se hereda de madres a hijos, tiene su propio ADN) diferente al de los neandertales estudiados previamente, incluso a los de la misma época de la Sima de los Huesos en Atapuerca, lo que sugiere que su ADN mitocondrial había sido reemplazado por completo.
Una investigación anterior del ADN nuclear de neandertales y humanos modernos estimaba la división de los dos grupos hace entre 765.000 y 550.000 años. Sin embargo, estudios de ADN mitocondrial mostraron una división mucho más reciente, de hace unos 470.000 años como máximo. Por otra parte, el ADN mitocondrial de los neandertales es más similar al de los humanos modernos, lo que indicaba un ancestro común más reciente que el de sus parientes cercanos denisovanos, una misteriosa especie humana cuyos escasos restos han sido hallados en Siberia. ¿Cuál era la explicación?
Lo que ahora proponen los científicos en la revista Nature Communications es un escenario en el que un grupo de homínidos movidos de África a Europa introdujo su ADN mitocondrial en la población neandertal hace entre 470.000 y 220.000 años, antes de la gran dispersión de los humanos modernos. En concreto, fue una mujer la que se apareó con un macho neandertal, y sus hijos difundieron el legado genético. Pudo haber ocurrido en Oriente Medio, donde se aventuraron los primeros Homo sapiens. La afluencia de homínidos habría sido lo suficientemente pequeña para que no diera lugar a un gran impacto en el ADN nuclear de los neandertales. Sin embargo, sí habría sido lo suficientemente grande como para reemplazar completamente el linaje mitocondrial existente de los neandertales, más similar entonces al de los denisovanos, por un tipo más similar al de los humanos modernos.
Los investigadores creen que datos nucleares del fémur de HST serían fundamentales en la evaluación de sus relaciones con los neandertales, los denisovanos y los humanos modernos, pero reconocen que es muy difícil recuperar ADN nuclear de este individuo debido a la mala conservación y a los altos niveles de contaminación humana moderna. Por ese motivo, consideran fundamental realizar nuevos estudios al respecto. Con toda seguridad, los próximos hallazgos darán aportaciones clave.