El equipo de Solari se hunde sin miramientos y termina eliminado, zarandeado y pitado por un Bernabéu casi vacío
Por Alejandro García
Nunca 90 minutos fueron tan largos para el Madrid en su estadio, ante su afición y a merced de un Ajax que fulminó al equipo de Solari con la efectividad que no tuvo en la ida, donde ya fue mejor que un equipo hundido. El reinado blanco en Europa duró algo más de mil días y terminó de forma abrupta y dramática para cerrar una semana fatídica, sin opciones de título a tres meses del final del curso, y con una generación que toca a su fin.
El Madrid tuvo una puesta en escena impetuosa y contundente, con Casemiro liderando la intimidación en un centro del campo al que apuntaban todos los focos, bajo mínimos, zarandeado sin compasión por el Barcelona, y con las fuerzas justas para aguantar el ritmo del Ajax. Apenas pasaron unos minutos hasta que el brasileño y Kroos, junto al vacío que tuvo el Madrid por defensa, cayeron víctimas del Ajax.
Sin cambios en el once
No se esperaban, ni hubo, modificaciones de Solari respecto al once que terminó de certificar el hundimiento en Liga ante el Barça, más allá de la obligada por sanción de Nacho por Ramos y de la obligada por rendimiento y actitud de Lucas Vázquez por Bale. El equipo no cambió y el rendimiento tampoco.
Fruto de la fogosidad inicial, el Madrid estrelló en el palo su primera ocasión, con un cabezazo certero de un Varane descolgado al ataque en el minuto cinco, como si el equipo tuviera claro que una resolución rápida era su única opción. Ten Hag en el Ajax también repitió el equipo y la idea con la que hizo temblar a una defensa en la ida que entonces, con el liderazgo de Ramos, sobrevivió a duras penas.
El Madrid no acertó en su tentativa inicial y, en la primera transición que tuvo el Ajax, Kroos mostró todas sus carencias y Ziyech puso patas arriba la eliminatoria con un gol que reavivó todos los fantasmas que han venido atormentando al madridismo durante la última semana.
Festival de Tadic
Al borde del desastre, los jugadores del Madrid se quedaron atenazados, nerviosos e inseguros, buscando el camino más directo a la portería rival. El equipo se siguió exponiendo y el Ajax encontró otro premio.
Un excelso Tadic, asistente en el primer gol, volvió a cazar al Madrid descolocado y puso en evidencia a un Casemiro desbocado. Con la defensa desaparecida, permeable como un cristal a la luz, el serbio asistió a Neres para que terminara de desatar los pitos en un Bernabéu en el que, hasta ese momento, sobre todo se había oído a los miles de ruidosos holandeses.
El Madrid se descompuso en los minutos siguientes con la velocidad que lo hace un cadáver en el desierto. Momentos después, ni un nervioso Solari parecía reconocer a esos jugadores de blanco que una vez parecieron un equipo, pero que terminó vagabundeando por el césped como un alma en pena, persiguiendo el balón y a merced de un Ajax cada vez cómodo.
Derrota y dos lesionados
El drama de Solari se tornó casi ingestionable con la lesión de Lucas, por el que entró Bale, y la desolación terminó de anegar al madridismo entero cuando los ojos de Vinicius, de lo poco blanco salvable, se inundaron de lágrimas camino al banquillo, con otra lesión muscular, por el que entró Asensio.
El galés estrelló otra ocasión blanca en el palo de Onana, que puso de su parte para que el Madrid remontara más de lo que hubiera deseado su técnico. Pero las ocasiones del Ajax siguieron llegando, tuvo que aparecer Courtois y algo de suerte para que la eliminatoria no estuviera definitivamente sentenciada al descanso, con un Solari sin más que un cambio y con Mariano, la única alternativa de ataque que quedaba en la plantilla, en la grada junto a Isco.
Sin muchas más opciones, el Madrid desistió de intentar controlar un partido que estaba bajo el orden y mando de Dusan Tadic, canalizador de cada transición peligrosa de un Ajax que tampoco renunció a atacar, en busca del gol definitivo que consiguió poco después.
Tanto con suspense
Después de una revisión eterna del VAR, por un fuera de banda milimétrico en el nacimiento de la jugada, el Ajax empezó a celebrar la clasificación con casi media hora por delante tras un disparo inapelable del serbio.
Asensio, que había aparecido con más intención que resultados satisfactorios, tomó el relevo de Vinicius como el blanco más activo y recortó distancias. Un espejismo de apenas dos minutos, hasta que Courtois se apuntó a la tendencia de su equipo y falló estrepitosamente en el 1-4 de Schöne, una maravillosa falta lateral a la escuadra larga.
El dislate blanco terminó con Benzema por los suelos para desaprovechar la última ocasión blanca, Bale lesionado sobre el césped, Nacho expulsado y un Bernabéu con menos de media entrada pitando con obstinación.