Demasiado Messi para el Bayern de Guardiola

El Barça venció al Bayern gracias a dos genialidades de Messi. Neymar remató a los bávaros con un gol en el descuento (3-0).

Hay veces que los partidos hay que contarlos por el final. No importa lo que pase antes. El regreso de Guardiola al Camp Nou estará marcado para siempre por la actuación de Messi. Cuando el partido se dirigía a un anodino empate, con todo en el aire, Leo decidió que este partido no iba a ser recordado como el del regreso de su exentrenador, sino como el suyo. Como el día que decidió que el Barça iba a jugar la final de la Champions, que está a un pequeño paso.

Lo había avisado el propio Pep en la previa: «No hay sistema ni entrenador que pueda parar a Messi». Fue una premonición. El desconcierto provocado por un posible penalti sobre Neymar fue aprovechado por el que siempre está listo, preparado para acabar con su rival. El balón le llegó en la frontal del área y ahí sacó toda la potencia de su zurda para batir a un Neuer que pareció un gigante durante todo el partido.

Pero su fiesta aún no había acabado. Con el Bayern al ataque, apenas cuatro minutos después, recibió en la frontal ante Boateng, que osó frenarle, en qué momento. El central alemán cayó en el amago de Messi, se comió el recorte y acabó en el suelo, el lugar perfecto para ver como Messi picó el balón ante la salida del portero para hacer el segundo.

Antes de eso, el partido fue una partida de ajedrez con un balón de por medio. La lucha por la posesión de balón fue una constante, aunque las mejores ocasiones fueron del Barça. Un mano a mano de Suárez encumbró la figura de Neuer, que sacó una pierna para recordar que es, posiblemente, el mejor portero del planeta.

Guardiola cambió su esquema, y el Bayern se centró, teniendo Lewandowski una gran ocasión a pocos metros de Ter Stegen, pero el polaco no llegó a conectar su disparo con claridad. Aún con todo, el empate sin goles al descanso dejó poco satisfecho a un Barça que se sintió mejor sobre el campo y tuvo las mejores ocasiones.

La igualdad fue mayor en la segunda parte, con los bávaros tocando con más criterio y el Barça encomendado ya a alguna genialidad de su tridente. Messi lo intentó sin descanso, pero siempre estuvo bien rodeado por una tela de araña perfectamente tejida por Guardiola que empezaba por Bernat, continuaba con Alonso -gran partido del tolosarra- y finalizaba en los centrales alemanes.

Y en esas que llegó el despiste germano, el latigazo de Messi y su genialidad ante Boateng para romper el partido. El Bayern se lanzó en ese momento al ataque, desesperado por lograr un gol que le diera algo más de opciones, y lo pagó aún más caro. Un contragolpe bien lanzado por Messi lo recogió Neymar, encaró a Neuer e hizo el tercero. La final de la Champions está muy, muy cerca.

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