La reina Isabel II asegura sentirse «entristecida» tras las confesiones de Enrique y Meghan

La monarca muestra su «preocupación» por la acusación de racismo sobre un miembro de familia real

El palacio de Buckingham busca ganar tiempo. Necesita meditar cuidadosamente cómo responder a la crisis abierta por el contenido de la entrevista de Enrique y Meghan, acusando a la familia real de racismo y abandono de la esposa del príncipe. El comunicado emitido hoy, después de grandes presiones de la opinión pública, sólo tenía como objetivo aplacar los ánimos, hasta orquestar una estrategia que pueda sacarles de la actual crisis. “A toda la familia le entristece el saber hasta qué punto han sido difíciles los últimos años de Enrique y Meghan. Los asuntos abordados, particularmente el de la raza, son preocupantes. Aunque algunos de los recuerdos sobre lo ocurrido pueden diferir, los tomamos muy en serio y van a ser tratados privadamente en familia. Enrique, Meghan y Archie siempre serán miembros muy queridos de la familia”, concluía el comunicado en nombre de la reina.

Discusión en privado

De la lectura entrelineas, bajo el tono aparentemente conciliador, se deducía que la versión de la pareja era discutible y posiblemente no correspondía con la que otros recordaban. Una referencia a la conversación en la que un miembro de la familia real preguntó a Enrique por el color de la piel de su futuro hijo. El príncipe no ha querido divulgar el nombre de quien hizo esos comentarios, sin otros testigos presentes, aparentemente. El comunicado subraya además, tratando de aplacar la avidez de la prensa, que el asunto de los agravios expuestos por los duques de Sussex se discutirá “en privado”. Una fuente de Palacio indicó que la soberana considera toda la controversia una cuestión familiar y como tal debe ser abordada.

Simpatía en Estados Unidos , división entre los británicos

La realidad es que la enorme repercusión de las declaraciones de Enrique y Meghan difícilmente pueden circunscribirse a un ‘affaire’ familiar. La pareja ha puesto el dedo en la llaga en asuntos especialmente delicados, como son el racismo y la salud mental. Los reproches y acusaciones de Meghan le han valido una ola de simpatía en Estados Unidos. La exsecretaria de Estado americana, Hillary Clinton, ha salido en su defensa y el actual presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha elogiado su “coraje”. La tenista Serena Williams fue la primera que dijo comprender el “dolor y crueldad” que ha sufrido su amiga. La joven poetisa, Amanda Gorman, afirmó que Meghan era ”la gran oportunidad de cambio de la Corona, de regeneración y de reconciliación de una nueva era. No sólo malograron su luz, además se privaron de ella”.

En el Reino Unido la opinión pública está más dividida. Una primera encuesta indicó que el 50% de los británicos condenaban lo dicho por la pareja, un 20% lo apoyaba y un 30% no sabía qué decir. La gente joven está más en favor de los Sussex y los más mayores de la familia real.

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