El argentino ha sido decisivo en el pleno de victorias que el Barcelona acumula en las primeras tres jornadas de Liga
Leo Messi ha sido decisivo en los tres partidos que el Barcelona ha disputado hasta el momento en la Liga. Firmó un doblete en la primera jornada contra el Elche, desbloqueó el encuentro en Villarreal con una genialidad que Sandro empujó a la red y asistió dos veces a Neymar en la victoria azulgrana del pasado sábado ante el Athletic Club en el Camp Nou. En total, dos goles y tres asistencias para el delantero argentino, que ha jugado todos los minutos oficiales posibles en una posición poco definida, pero casi siempre por detrás de las dos referencias que Luis Enrique ha cubierto, según el día y el momento, con Munir, Rafinha, Pedro, Neymar y Sandro. Messi actúa con libertad de movimientos en los tres cuartos de campo, con Busquets y Rakitic cubriendo mucho territorio y recuperando balones muy arriba.
El 10 azulgrana sonríe más que la temporada pasada porque interviene más y mejor en el frente de ataque azulgrana. Hace pocos meses, Gerardo Martino le esquinó en algunos partidos sin éxito e incluso defendió, tras la eliminación en Champions a manos del Atlético, que era bueno para el equipo que «no participara mucho» en las transiciones de ataque. Aquel Messi desconectado parece haber pasado a mejor historia, ya que ahora prioriza su papel en el club, transmite ilusión por el juego y una velocidad de piernas e ideas que motiva a la afición. Luis Enrique, de momento, está consiguiendo que Messi no solo destaque por su tremendo olfato goleador, sino también por su habilidad para dirigir en la ofensiva y repartir asistencias a sus compañeros. «Sería el mejor del mundo en lo que quisiera. Hace cosas que no vi ni en ‘Oliver y Benji’», comentó su entrenador después de derrotar al Athletic.
El cuadro vasco sucumbió en el Camp Nou tras más de una hora de resistencia. No tuvo ocasiones claras para llevarse el partido, pero tuvo el mérito de mantener la igualada hasta bien entrada la segunda parte. Con las pilas de los de Valverde más gastadas, la entrada de Neymar (por el exponencial Munir) en el terreno de juego fue un caramelo para Messi, que con vistas al nuevo curso le está cogiendo el gusto a asociarse con el brasileño. El año pasado, entre lesiones y contratos simulados, la sociedad que debían formar ambos sobre el césped no llegó a consolidarse del todo. Sin embargo, ahora su sintonía empieza a dar réditos. «Con Messi mejoro. Es el mejor del mundo y cada vez nos llevamos mejor», resolvió Neymar tras firmar su primer doblete de la temporada.