«Con el gran triunfo de la Décima creo que se abre un nuevo ciclo en el Madrid y yo creo que debo empezarlo también. Quería ser honesto conmigo y con el club y por eso he decidido marcharme».
Así explicó Xabi Alonso su sorprendente marcha de la entidad blanca al «archirrival» del club blanco en Europa, el Bayern de Múnich, a escasos cuatro días de que se cierre el mercado de fichajes. Suena educada y estilosa su despedida, pero hay dudas que no aclaró y que solo el tiempo podrán despejar… o no.
¿Por qué si Xabi lo tenía tan claro decide irse un 29 de agosto, tres meses después de la Décima? El tolosarra movió bien el balón hacia los costados, como inteligentemente sabe hacer sobre el campo, y pasó de puntillas sobre este asunto: «El interés del Bayern llegó hace un par de semanas», elegante modo de justificar por qué aunque su apetito estaba ya colmado en el Madrid aún no había anunciado su deseo de marcharse: «En el club no han compartido mi decisión pero la han entendido. Se han portado como unos señores». También toreó con la misma clase que porta un Emidio Tucci la incómoda opinión de que la llegada de Kroos le ha dejado en un segundo plano, rol que no va ligado a su grandeza como futbolista: «Yo hubiera jugado muchos minutos y Kroos también. Ha sido una decisión muy meditada y valorada; no una rabieta».
Para darle aún mayor énfasis al dolor de un adiós difícil de asimilar por muchos aficionados, Xabi recalcó que era la «decisión más complicada de toda su carrera deportiva» y que desde ya «siempre será un hincha más del Real Madrid». Aquí los interrogantes de los más radicales no les permitirán conciliar el sueño: si tan madridista es Xabi, ¿cómo se marcha a un rival directo por la Champions que, además, está entrenado por Guardiola, uno de los grandes enemigos de la parroquia blanca y del ‘Mourinhismo’? Alonso dio entonces su explicación más convincente: «Lo que pueda pasar en el campo ahí se queda. Nunca he tenido un problema con Pep. La gente del fútbol vemos las cosas más sencillas». Como dirían todos estos tuiteros amantes del insulto y vacíos de educación, ¡zasca! Otra cosa es que los madridistas sin filias ni fobias, que son la gran mayoría, entiendan por qué uno de sus iconos tira con Pep(e) para Alemania un 29 de agosto, nada más y nada menos que 100 días después de la mágica noche de Lisboa donde, bajo el singular prisma de Xabi Alonso, cruzó la meta de su ciclo en el Madrid.