La actriz y cantante mexicana Zuria Vega incursiona con paso seguro en el filme ‘Más negro que la noche’.
Tal vez para quien no esté muy familiarizado con las telenovelas mexicanas y tampoco le preste mucha atención al acontecer cinematográfico al sur del Río Grande, el nombre de Zuria Vega no le diga demasiado. La actriz de 25 años encabeza el elenco de Más negro que la noche, la película de terror mexicana que llega este fin de semana a las carteleras de Estados Unidos. Vega no solo es una figura popular en su país gracias a su constante participación en las producciones de Televisa, para quien trabaja en exclusividad, sino que es además parte de un linaje actoral. El mismo fue iniciado por su padre, Gonzalo Vega, un veterano actor al que vimos recientemente como el multimillonario de Nosotros los Nobles, y lo continúa su hermana Marimar, que forma parte del elenco estable de la rival de Televisa, TV Azteca.
Zuria dice que nunca se cuestionó sobre si seguir los pasos de su famoso padre: “Crecí en los escenarios y desde muy pequeña tenía muy claro que quería ser actriz. Fui la que más chica empezó de los tres, porque mi hermano se fue a estudiar actuación a Los Angeles”, revela en entrevista exclusiva desde Ciudad de México. “Empecé a los 16 años y nunca me lo cuestioné. Desde niña me gustaba y yo sabía que lo iba a hacer. No tenía claro cómo. Pero la vida te va abriendo el camino y te va poniendo las oportunidades enfrente. A veces uno las ve, a veces no. Entonces es tomarlas y ser perseverante, es una carrera de paciencia. De aguantar muchos no. De resistencia”.
Vega enseguida aclara que el apellido no le abrió puertas: “Tener un padre famoso no me ha ayudado a conseguir trabajo. Pero es cierto que hay mucha gente que quiere a mi papá. Algunos compañeros actores con los que trabajo, que por [conocer] a mi papá, me protegen, me quieren o me aconsejan… Lo mismo me pasa con los directores, aun cuando en la empresa en la que yo estoy mi papá está vetado”, revela.
Conocida por su labor en la telenovela Qué pobres tan ricos, en la que compartió cartel con Jaime Camil, Vega también ha trabajado en otras producciones de Televisa como Un refugio para el amor, junto con Gabriel Soto, y en Mar de amor, con Mario Cimarro. Su camino en el cine ha sido paso a paso desde que debutó hace 4 años en Sin ella, de Jorge Colón. Más tarde vino No sé si cortarme las venas o dejármelas largas, comedia de Manolo Caro en la que también trabajó la chica Almodóvar Rossy de Palma.
“Lo que todos buscamos son oportunidades y poder trabajar en donde los proyectos sean buenos para nuestro crecimiento. Ahorita estoy muy feliz en donde estoy, ha sido una empresa que me ha dado muchísimo, como la oportunidad de hacer novelas que ahora nos dan la posibilidad de cruzar fronteras”, señala.
Si bien Más negro que la noche comenzó siendo un proyecto de mediano presupuesto, este remake de un clásico del cine mexicano de terror de los años 1970 adquirió nuevas dimensiones cuando se decidió que se rodaría en 3D.
“Eso volvió todo más complicado”, admite. “Es la primera película en 3D que se rueda en México y fue toda una aventura. Como es una coproducción con España vino un grupo de catalanes a asesorarnos. Cambiaron algunas cosas: el número de repeticiones se triplican, las marcas son muy exactas. Es decir: si te pasas por dos milímetros ya se te ven tres caras. Debes estar consciente de muchas cosas además de actuar”.
Vega, que ya ha participado de otros tres castings de películas de terror, admite que trabajar en ese género no es fácil. “Una diferencia es que en el terror no existe un campo de experiencia. El actor siempre dice ‘cuanto más se hace, cuanto más se vive, mientras más te enamores, mientras más leas…” porque uno trabaja desde una referencia. A lo mejor no te ha pasado algo directamente, pero más o menos tienes una idea de cómo abordar una situación, un sentimiento, una emoción. Con el terror en cambio, por lo menos en mi caso, no he vivido nada similar. Hay una falta de credibilidad que lo hace muy difícil. Y la otra es que en el terror muchas cosas no dependen de ti. Está por ejemplo la edición, que existe en todas las películas, pero en ese género es clave”, apunta.