Un año más hemos podido disfrutar del Salón Internacional del Cómic de Barcelona.
Este año, al igual que últimamente, los aficionados podían reponer fuerzas en los típicos puestos de comida para no desfallecer en sus excursiones por los pabellones feriales. Como de costumbre, el salón se podía dividir en diversas zonas:
Las zonas de juego y diversión, como videojuegos, modelos caracterizados para realizarse fotos con ellos y varios espacios de ocio. Las zonas de talleres, tratando de captar la atención de chicos y chicas para conseguir hacer de su afición por los comics, la ilustración y la animación, una profesión. Las zonas de venta, donde se podían encontrar lo último en cómics de mano de las editoriales más representativas, tenderetes con cómics nuevos y de toda la vida, películas en dvd y blueray, todo tipo de merchandising (figuras, camisetas, ilustraciones…), artículos para cosplay y caracterizaciones. Las zonas de exposiciones. Y por último las intensas colas para poder conseguir las firmas de los autores favoritos.
Entre las exposiciones, destacar aquellas de JAN, el dibujante del conocidísimo SuperLopez, que tantos buenos momentos nos ha dado y que aún nos sigue dando. También a destacar, faltaría más, la exposición a la leyenda y referencia del cómic de superhéroes Jack Kirby, que por si aún hay alguien que no lo sabe, fue el co-autor de la mayoría de superhéroes que tenemos hoy día, pues si bien Stan Lee los creó, Jack Kirby les dió la primera apariencia. Otra exposición a destacar y merecidísima a toda una vida dedicada al cómic, es para el gran dibujante Josep María Martín Saurí, del cual se pudo disfrutar de algunos de sus mejores trabajos.
Y para terminar, algo que nos llamó mucho la atención y que merece ser comentado, al mismo tiempo que pone un buen colofón a este artículo. Una de las muchas charlas que acontecieron durante la celebración del salón, trataba de esta “nueva” y a veces ridícula ola de censura y limitación de la libertad de expresión en los cómics y en muchas otras disciplinas, principalmente artísticas. Es “curioso” que en pleno siglo 21 se recurra a la censura y se vulnere la libertad de expresión, unos derechos que costó mucho obtenerlos en regímenes más restrictivos y que hoy día no solo los vuelven a imponer poco a poco los políticos si no lo que es peor, la propia ciudadanía. Posiblemente deberíamos reflexionar sobre ello y tratar de saber diferenciar para sumar en lugar de restar.