El Barça consolidó su liderato liguero, alejando hasta los cuatro puntos a un Real Madrid que sí retuvo a su favor el ‘goal average’, después de doblegar al conjunto blanco en un Clásico de mordiente alterna y roles cambiados donde el aspecto físico, y un gol de Luis Suárez que cercenó de raíz momentos de agobio, acabó encumbrando a los locales.
Un choque fiel a las previsiones en cuanto a la intensidad, aunque no en su despliegue. En muchos momentos el Barça exploró más el contragolpe que la elaboración ante una defensa porosa. El Madrid, sin renunciar a ese don que le permite fabricar ocasiones en tres pases, buscando más el balón confiado en el criterio de Modric o Ísco.
Tras un primer aviso de Cristiano a los 11 minutos, un derechazo que estrelló en el larguero, se adelantaría el Barça en una jugada de estrategia: una falta botada por Messi que cabeceó el francés Mathieu. Un 1-0 que no lastró en exceso a un Madrid que merodeó el área de Bravo. En su búsqueda, de una asociación entre Marcelo y Benzema, el francés asistió de tacón a un Cristiano que con la puntera firmó el empate. Un minuto antes Neymar no concretó un balón que mandó a Casillas.
El 1-1 legitimó a un_Madrid donde se multiplican sus acercamientos tanto como el trabajo de Piqué. Pero al incremento no le acompañaba la definición. En el minuto 39 Bale vería puerta, pero lo anuló por fuera de juego de Cristiano. La dosis de polémica de este Clásico. El luso, con un disparo lejano, o Bale, con un balón que le quedó muerto,, acariciaron el 2-0.
El acoso se prolongó tras el descanso, con Benzema exigiendo a Bravo. Pero minutos después, tras un envío en largo de Alves, Luis Suárez desniveló el luminoso. Con el 2-1 el Madrid se descosió ante un Barça que ganó en comodidad pero no sentenció pese a las ocasiones de Neymar, Alba o Messi. Y con todo, mediado el segundo tiempo, Benzema disfrutó de una ocasión que ensalzó a Bravo.