‘Johnny English: De nuevo en acción’ la saga de Rowan Atkinson

La última película protagonizada por el espía británico más inútil del MI7 ya está en cines

El personaje de Johnny English nació de una serie de anuncios protagonizados por Rowan Atkinson para vender tarjetas de crédito, pero jamás habría venido al mundo de no ser, en primer lugar, por el personaje de Mr. Bean creado por este actor británico a principios de los 90, y en segundo por el propio James Bond, agente al Servicio Secreto de Su Majestad en una saga interminable de películas. La película que dirigió Peter Howitt en 2003 justificaba pues su vis cómica en la mezcla de ambos personajes, lo cual le daba una oportunidad a Atkinson de contar con diálogos algo más elaborados -ya que Bean era prácticamente mudo-, y además inyectaba algo de variedad entre la multitud de parodias del Agente 007 con las que el cine comercial no ha dejado de bombardearnos.

Este espía del MI7, por tanto, vivía sus aventuras dentro de un mundo similar a los descritos por Ian Fleming y exhibía una arrogancia equiparable, pero mezclada con los gestos y la desastrosa torpeza de Mr. Bean. Una fórmula que se reveló muy seductora en la primera película de la saga, y que luego confirmó su atractivo en las sucesivas continuaciones: Johnny English Returns (2011) y Johnny English: De nuevo en acción, recién estrenada en cines. Esta última cuenta con el aliciente del regreso de Bough (Ben Miller) como el paciente subordinado del protagonista y la aparición de Olga Kurylenko tras, precisamente, haber sido chica Bond en Quantum of Solace (2008), y nos va a servir de excusa para echar la vista atrás, y recopilar los momentos más inspirados de una saga que, con orgullo y licencia para matar, lleva haciéndomos reír quince años ya.

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