Muere Katherine Johnson, la ‘figura oculta’ de la Nasa

La mujer que hizo los cálculos para la misión del ‘Apolo XI’ ha fallecido a los 101 años

Katherine Johnson, la matemática que calculó las trayectorias que permitieron aterrizar a los tripulantes del ‘Apolo XI’ después de que Neil Armstrong y ‘Buzz Aldrin hubieran pisado la Luna o en la misión de John Glenn que orbitó sobre la Tierra, ha fallecido este lunes en su casa a los 101 años.

Johnson, cuya historia recuerda la película ‘Figuras Ocultas’ (2016), junto a las de otras afroamericanas cuyo trabajo en la Nasa fue obviado durante décadas, vivió sus últimos años entre reconocimientos mundiales, incluidos los de su organización y el Gobierno de EEUU. Obama la galardonó con la Medalla de la Libertad y fue considerada un ejemplo para volver a impulsar el papel de las mujeres en la ciencia y la tecnología.

Este lunes, el director de la Nasa, Jim Bridestine, la despedía con honores, en un comunicado en el que la honraba como «una líder de los días pioneros» y recordaba cómo «amplió las fronteras del espacio e hizo grandes avances que abrieron puertas para mujeres y personas de color en la universal búsqueda humana para explorar el espacio».

«La Nasa nunca olvidará su entusiasmo y liderazgo, y las metas que no habríamos podido lograr sin ella», afirma la nota, una de las más entusiastas de los últimos tiempos.

Nacida en 1918 en White Sulphur Springs, un pueblo del estado de West Virginia que en aquel entonces no superaba el millar de habitantes, su brillantez y pericia con los números la llevaron a ser aceptada en la escuela preparatoria del West Virgina State College, donde más tarde acabó siendo estudiante universitaria y donde en 1937 se doctoró con los honores más altos en Matemáticas.

Ya en 1939, y después de ejercer de profesora en diversas escuelas públicas para negros, se convirtió en una de los tres primeros estudiantes afroamericanos en formar parte del alumnado de la Universidad de West Virginia, la más prestigiosa del estado.

Años más tarde, se convirtió en una de las mujeres negras que formaban un equipo en el Centro de Investigación Langley para calcular la trayectoria de los primeros lanzamientos espaciales, unas operaciones que hoy hacen los ordenadores.

Fueron sus cálculos los que ayudaron a que la misión Apolo XI llegara a buen puerto y a que Neil Armstrong pisara la Luna (1969), pero también los que fijaron la trayectoria del primer viaje al espacio de un estadounidense, Alan Shepard (1961).

Verificar al ordenador

Cuando la Nasa empezó a usar ordenadores para la misión en que John Gleen orbitó la Tierra por primera vez (1962), le pidieron a Johnson verificar los cálculos de la máquina.

A pesar de los años de anonimato al que Johnson y sus compañeras se vieron relegadas, el reconocimiento, aunque con retraso, llegó en 2015, cuando el entonces presidente de EE.UU., Barack Obama (2009-2017), le entregó la Medalla Presidencial a la Libertad.

En la ceremonia en su honor, el mandatario proclamó: “Katherine Johnson rechazó verse limitada por lo que esperaba la sociedad de ella por su sexo y raza mientras expandía los límites de la humanidad».

Dos años más tarde, la NASA le dedicó un edificio en su honor en su sede en Langley (Virginia), la Instalación de Investigación Computacional Katherine G. Johnson.

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