A fuerza de batazos y esfuerzos, Yandy Díaz ha pasado de ser un perfecto desconocido a uno de los mejores prospectos que habitan en el sistema de granja de los Indios de Cleveland, con grandes oportunidades de ascender a las Mayores en septiembre.
Con los Clippers de Columbus, el chico de Sagua La Grande se ha convertido en una bestia ofensiva al punto de liderar la Liga Internacional en bateo con .322 y porcentaje de embasados con .396, además de sumar siete jonrones y 44 impulsadas.
Hijo del popular Jorge Díaz, a quien todos conocen como “La Araña’’’ de sus días de segunda base con el Villa Clara, Yandy viene tocando la puerta de la fortuna y muy pronto dará de qué hablar con luz propia.
¿Esperabas una temporada tan buena?
«Me había preparado físicamente como nunca, una preparación bastante fuerte. Creo que fortalecí las piernas y eso ha sido clave para la resistencia y mantener un ritmo que le permita a mi cuerpo aguantar cualquier desgaste».
¿Qué te dice el equipo? ¿Hay chance de ascender pronto?
«Sí y mucho. El equipo me ha pedido que trabaje más fuerte en la defensa de los jardines y creo que si no me han llamado es porque quieren ver un poco más de progreso con el guante, pero creo que en septiembre me llaman».
¿Cómo te imaginas con el uniforme de los Indios?
«No puedo imaginármelo. Primero porque es el sueño de mi vida, segundo porque sería un cubano más en la mejor pelota del mundo y eso es algo que me llena de orgullo. Estamos haciendo historia».
¿Qué ha cambiado para salir del anonimato y llegar a este momento?
«El bateo. Antes no tenía una rutina específica. Creo que iba a la caja sin un plan de cómo enfrentar cada turno. Ahora soy más, para usar una palabra, profesional. Pienso las cosas, preparo los entrenamientos. Diferente».
¿Ya estás adaptado por completo a este béisbol?
«Son dos cosas. Una es la física, porque en las Menores debes viajar hasta ocho horas para jugar y luego tienes otro juego al día siguiente. La otras es mental, aceptar un modo de vida distinto, un idioma distinto. Creo haber avanzado en ambos».
Hablando del idioma, algunos cubanos pasan mucho trabajo en entenderlo, otros ni hacen el intento.
«Mira, mi primera temporada en las Menores pasaba muchos trabajos para hacerme entender y entender a los otros. Ahora ya puedo comunicarme con los americanos. Sé lo que esperan de mí y yo puedo decirles como me siento, mis ideas. Me falta mucho, pero algo es mejor que nada».
¿Sientes que el equipo te ayuda?
«A mí me han puesto una profesora de inglés cuatro días a la semana».
Eso dice algo sobre el interés que tienen en ti.
«Creo haberme ganado la confianza de todos. Debo llegar a las tres a entrenar y ya desde la 1:30 estoy en el terreno. Hago pesas, corro y después me sumo al grupo. Jamás digo que no a nada».
¿Quién era mejor a los 25 años, tu padre o tú?
«Imagínate…hay quien dice que las manos de él eran mejor que las mías, otros dicen que las mías son mejores que las de él. Que la gente decida».
